Montañas de escombros y cadáveres. Nepal es desde el
sábado 25 de abril un país sumido en el desastre y la tragedia que
lucha contrarreloj por tratar de recuperar las vidas que aún puedan
estar sepultadas entre las ruinas. Según el primer ministro del país, Sushil
Koirala, la cifra de víctimas tras el terremoto podría alcanzar los 10.000 muertos.
"Estamos haciendo todo lo posible por tratar de rescatar a los
supervivientes", ha dicho el mandatario. "Es un desafío y un momento muy
difícil para Nepal".
Hasta el momento, el Gobierno nepalí ha confirmado que 5.057
personas han muerto y más de 10.000 están heridas. El Ejecutivo
ha solicitado a la comunidad internacional el envío de material
especial y medicinas y es consciente de que la recuperación y la
rehabilitación de los supervivientes es "un gran desafío".
Naciones Unidas también ha puesto cifras a la
magnitud de la tragedia: ocho millones de personas podrían verse
afectadas por el seísmo de magnitud 7.8 que el 25 de abril arrasó el
país, destruyendo ciudades enteras, parte de su patrimonio histórico cultural y dejando gravemente
afectadas importantes áreas rurales. "Según las estimaciones iniciales y
el último mapa de intensidad sísmica, ocho millones de personas
residentes en 39 distritos se han visto afectadas, de las que dos
millones viven en los once distritos más perjudicados", ha detallado la
Oficina del Coordinador Residente de Naciones Unidas en el país.
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